¿Te imaginás que tus datos personales, fotos de tus hijos, y conversaciones privadas con tus pensamientos más íntimos, puedan ser utilizados para manipularte sin que lo sepas?
El escándalo de Facebook
En 2016 se dio un caso muy polémico que involucró los datos personales de más de 80 MILLONES de usuarios, ¡el doble de la población argentina! Por aquél entonces se hicieron populares en Facebook unos “tests personales” del estilo “¡Descubre que Pokémon eres!”, o “Que personaje de Game of Thrones sos?”. Esta “app” solicitaba a los usuarios permisos para leer sus datos personales y acceso a su red de contactos (amigos). Cada persona que hacía el test le facilitaba todos sus datos al dueño de la “app” y con esto podía, a su vez, obtener la información de todos sus contactos. Es decir, si uno de nuestros amigos tomaba el test, también obtenían nuestros datos.
“(…) si uno de nuestros amigos tomaba el test, también obtenían nuestros datos.”
La información recabada no solo incluía datos personales, sino también actualizaciones de estado, los “me gusta” y hasta mensajes de conversaciones privadas. Toda esta información le permitió luego a Cambridge Analytica entrenar modelos de inteligencia artificial y así conocer a que tipo de mensajes sería más susceptible cada usuario, como también el tema, contenido y tono que debían usar, para poder influenciar en la opinión de las masas hacia los candidatos presidenciales del momento.
En otras palabras, gracias a toda la información privada de las personas que juntaron, inclinaron la balanza hacia el candidato presidencial de su elección.

Hoy en día ya no es posible que una aplicación acceda a la información de los amigos de un usuario de Facebook, y Cambridge Analytica afirmó que ya ha borrado todos los datos. Sin embargo, el daño ya está hecho.
Privacidad de datos
Cuando hablamos de “información personal”, o “datos personales”, nos referimos a cualquier información relacionada con una persona específica. Los ejemplos más típicos son el nombre, el domicilio, el correo electrónico, o el número de teléfono, pero debemos considerar, además, cualquier otra cosa que pueda ayudar a determinar la identidad de alguien, como historiales de compras, horarios de clases, o incluso el historial de navegación en Internet. Todo esto conforma nuestra “información personal”.
La privacidad de los datos es, entonces, la capacidad de una persona para decidir por sí misma cuándo, cómo y qué se comparte a otros de su “información personal”. Los sitios web, aplicaciones y redes sociales reúnen y almacenan datos personales de los usuarios para poder prestar sus servicios. Sin embargo, a veces pueden excederse en su uso y recopilación, y terminar afectando a la privacidad de los usuarios mucho más de lo esperado.
La privacidad de los datos es (…) la capacidad de una persona para decidir por sí misma cuándo, cómo y qué se comparte a otros de su “información personal”.
Esto último puede terminar convirtiéndose, intencional o accidentalmente, en un ataque a nuestra dignidad. Ésta es el valor absoluto que tiene cada ser humano, constituye un atributo de nuestra naturaleza racional y libre, y su reconocimiento requiere la protección de nuestros datos personales. En Laudato Si Francisco nos dice: “A cada persona de este mundo le pido que no olvide esa dignidad suya que nadie tiene derecho a quitarle”.
El respeto por la privacidad pertenece al derecho a la dignidad de la persona. Y es nuestra obligación cuidarla, y enseñarles a nuestros hijos a hacerlo también.
La IA y la privacidad
La inteligencia artificial requiere de una enorme cantidad de datos para entrenarse, no solo sitios web, sino artículos, libros, publicaciones en redes sociales, estudios académicos e incluso datos de encuestas. Durante el entrenamiento no se tiene en cuenta la procedencia de los datos, simplemente lee el texto e identifica patrones y relaciones entre palabras, frases o párrafos.
Imagina que tu historial médico, preferencias íntimas, conversaciones privadas con tus amigos y pareja… todo eso, en manos de una compañía que puede usar esa información para manipularte. El escándalo de Cambridge Analytica no solo sirvió como un caso de estudio sobre privacidad de datos, sino también una demostración de como la IA puede ser usada para rastrear nuestros pasos, intereses, emociones, sin notarlo. Y como se puede usar esa información para predecir nuestras decisiones y, hasta cierto punto, controlar nuestras acciones. ¿Parece una pesadilla de película cierto? Pero lamentablemente, es una posibilidad real en un mundo sin control de datos.
¿Y cómo nos protegemos?
Existen leyes de protección de datos como GDPR en Europa, CPA en Estados Unidos y la PDPA en Argentina. Se enfocan en proveer transparencia a los usuarios en el tratamiento de su información, y regular la forma en que las empresas pueden utilizarlos. Son de gran ayuda ya que nos proveen a los usuarios de herramientas útiles para gestionar nuestra privacidad, pero es necesario saber aprovecharlas.
Veamos entonces algunas de las herramientas a nuestra disposición, y acciones que podemos tomar para cuidar de nuestros datos personales en la web.
- Educando
Esta va a ser siempre nuestra primera línea de defensa. Enseñarles a nuestros hijos el valor de la privacidad, y la importancia de mantener la intimidad y la información personal en el ámbito privado. No basta con hablarles de privacidad. ¡Hay que enseñarles a actuar! Es necesarios que aprendan a discernir correctamente qué compartir y cuándo, para que no caigan en las trampas sociales que asechan en las redes. ¿deberían publicar fotos de su escuela en redes sociales? ¿Deben aceptar todas las solicitudes de amistad? ¿Es seguro compartir su número de teléfono en una página web? Conversar y discutir sobre estos temas podría marcar la diferencia.
Hay muchas personas, con intenciones maliciosas, buscando recabar información privada de las personas, y cada vez que compartimos algo de nuestra intimidad, una foto, una dirección o incluso un saludo de cumpleaños les hacemos su trabajo más sencillo. El conocimiento y la experiencia van a ser sus armas más importantes en esta batalla. Educar a nuestros hijos sobre la privacidad puede ser una gran una aventura para transitar juntos.
- Términos y Condiciones
Conocer, y entender, los términos y condiciones de uso (TOS por sus siglas en inglés) de las páginas y aplicaciones que usamos no solo es importante, puede ser clave para mantener nuestra privacidad de datos bajo control. Muchas aplicaciones y redes sociales tienen cláusulas de uso que les permiten disponer de toda la información y contenido que compartamos, y disponer de ellos para fines con los que podríamos no estar a gusto.
Al aceptar estos TOS, podríamos estar dando consentimiento para que accedan a nuestros contactos, fotos y conversaciones privadas, y algunas empresas incluso se reservan el derecho a usar nuestra información para publicidades personalizada, ¡sin nuestro consentimiento expreso! Por ejemplo, YouTube se reserva el derecho a retener nuestros vídeos aún borrados, Instagram puede acceder nuestras conversaciones privadas, y Facebook puede acceder a nuestro historial de navegación.
Seguir al pie de la letra estos documentos no es una tarea fácil, pero por suerte hay personas que ya se dedican a leerlos y compartir lo más importante. Uno de esos sitios es TOSDR.org, “Terms of Service, Didn’t Read”, en donde vamos a poder encontrar los peligros de las cláusulas de los servicios y aplicaciones más populares, en tablas simple de comprender.
- Cierra tus cuentas
Las empresas que recopilan datos tienen un gran poder. No esperes a que un escándalo de seguridad te obligue a tomar medidas. ¡Toma el control ahora! Cierra las cuentas inactivas y reduce tu huella digital para que tu privacidad sea un escudo, no una brecha.
Gracias a las leyes de protección de datos que mencioné antes, los sitios web están obligados a borrar nuestros datos personales de forma total de sus bases de datos si decidimos cerrar (dar de baja) nuestras cuentas. Es por eso por lo que una buena práctica para mantener la divulgación de nuestros datos a raya es la de cerrar las cuentas en páginas que ya no estemos usando, principalmente las de redes sociales.
¿Cómo seguimos?
¡No estamos solos en esta batalla por la privacidad! Existen miles de personas, expertos y organizaciones que trabajan incansablemente para ayudarnos a defendernos. Mantenernos informados, aprender nuevas estrategias y unir fuerzas es clave para lograr que nuestros hijos puedan forjar su futuro seguros de estos peligros. En la era de la información lo primero que tenemos que cuidar es nuestra información.
¿Cómo puedo saber cuántos datos míos hay disponibles en internet? ¿Qué aplicaciones podrían ser peligrosas para mis hijos? ¿Debería evitar subir fotos de niños y bebes a las redes sociales? ¡No te quedes con dudas! Suscríbete a nuestro blog para recibir las últimas noticias y herramientas. Además, estoy preparando un documento GRATUITO que va a abarcar estas preguntas y algunas más.
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